AL SUR DE LA NECESIDAD

AL SUR DE LA NECESIDAD






Fotografía : Arnold Odermatt

Está amaneciendo en la ciudad, las gentes aún se encuentran en la modorra del calor. Aquellos perros negros , gordos y agresivos se acercan a los árboles grises y cagan .
En la escuela primaria, quién hace la limpieza , escucha canciones de Ana Gabriel y se escucha en lo pleno del aire su voz, cuando canta también parece que está cagando.

Llego a la lechería de Liconsa y descubro que para ejercer hasta el más mínimo poder un anciano prepotente se siente don chingón por el sólo hecho de hacerle una perforación a la tarjeta.
La ciudad no tiene nada de especial, alguna dama arroja un bulto de un chillón y se aleja corriendo.

Después entro a la casa y enciendo las notas que siempre son las mismas. Apresaron a una banda de más de 20 hijos de la chingada que se dedicaban a hacer el daño posible: robaban a quién fuera, sin piedad asesinaban a quién se interpusiera en sus instintos . Ahora los trasladan al sitio en donde siempre debieron estar. La mujeres agachan la cabeza para ocultar el rostro de la desvergüenza.

Salgo y decido evadir los ruidos de la ciudad que para estos momentos ya no me parece rock and roll . No sé cual sea mi suerte para este día de mayo, parece que no sucederá nada interesante.
Para las diez y casi once de la mañana unos doscientos imbéciles que se dicen maestros, se enfrentan a la policía federal, y se sueltan los chingadazos. Los ñeros, se arrojan contra de los equipados y se dan de golpes como en los mejores tiempos de las cavernas. La razón vale un bledo, aquí no hay amistad, patadas , palazos, humos , mentadas de madres a quién le toque.
Miro las caras de las personas y sus rasgos adquieren características de animales. Muestran sus dientes, gruñen.

Encuentro una indígena y me pide cooperación para su causa. Así que le pregunto que cual es su causa y se queda muda . Pobre mujer de pelo gris , de piel ajada , de piel seca por las carencias de toda la vida .

En otro rato le preguntan a un señor pariente de Madero que si con las presiones de las gentes molestas y enojadas se podrá cambiar la ley del ISSSTE . Y el político abre la boca y dice que primero muertos que dar la vida .

Por allá se encuentra un individuo que tiene untada en la cabeza una masa de chicle . Tiene los ojos vidriosos y te exige dinero casi a huevo.

¡ puta de oros ¡ , tengo que comprar arroz , casi me olvido, un litro de aceite , mantequilla y arena para los gatos. Y todos estos con su problemática social .

Cercano a la realidad un imbécil naco, me trata de pendejo y yo arrogante y bien educado le respondo con un : ¡ chinga tú madre hijo de tu puta madre ¡.

Debo de comprar también un kilogramo de huevo, estoy en la disyuntiva de si debe de ser rojo o blanco . Alguna vez escuché que eso de los colores es una mera trampa para ofrecértelo más caro . Y en esas estoy reclamándole al viejito de los aguayones que su pinche carne me la vendió lo más dura posible . Si esto se vuelve a repetir tendré que comprar el cadáver de res en este otro puesto señor .

Todo esto sucede mientras Putín se arroja a lanzar un cohete trasatlántico , es decir que llegará su fuerza de continente a continente . Su capacidad de destrucción es tan grande que los gringos deben de ponerse a pensar. Pero por ahora George se encuentra ocupado tratando de quitar la caca de paloma a la manga de su traje .

También Rebeca de Alba una señora de San Luis hace su obra altruista y decide rematar su trapos de lujo que por cierto son usados . Y sus zapatos más de doscientos, para que con lo recabado realicen una su aportación de darle de comer al hambriento . Que frívolos colas de paja, ricos miserables que cuando dejan de usar sus trapos de marca la venden.
Una mujer camina con cara de preocupación, mostrando en su rostro dos aspectos diferentes; el de lado derecho es como de otra gente mientras que el izquierdo parece de una polaca .
Enciendo u n cigarro de los permitidos y miro al híbrido de Marcelo Ebrad navegar en su bicicletita . Ebrad se parece a un gordo que yo me puteaba en la primaria . Primero le quitaba su torta de jamón con queso y chile jalapeño y empezábamos a forcejear , el gordo me daba de jalones a la camisa y yo como todo Arrieta que se respete le atizaba putazos por todos lados al mismo tiempo que me tragaba su torta, acompañado de un insulto . ¡ Dile a tu madre que las hago mejor gordo híbrido ¡.

En el disturbio de las cosas , Venezuela entra directamente a la dictadura de los palos , gorilas con fusiles y gorras rojas golpean a los jóvenes de Caracas, aquí la razón son los guevos del gorila.

Cerca de ellos , en Aracataca, García Márquez llega en un tren y todos le aplauden , ahí es Macondo , el pueblo de lo irreal, allí está . Las lisonjas para el Gabo son exageradas, aquí en México nadie ha podido superar a Rulfo, quién pudo escribir mejor El llano en llamas y Pedro Páramo. Así que dejemos de dar loas a este colombiano que escribe historias que ocurren en todos los pueblos de la América mestiza .

Original de Alfredo Arrieta Ortega.

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