EL CABALLO ROTO...

EL CABALLO ROTO.

Esa tarde de mayo, llegaste hasta el departamento marcado con el número doce , de la calle universitaria , en la ciudad de Quito Ecuador.

Y sin que ellos dos lo supieran entraste como si nada llevando en el brazo una bolsa del supermercado . Ellos no sabían de tu presencia aunque tú eres de carne y hueso nunca se percataron que ahí estabas.

Ella se llamaba Juana , el creo que se apellidaba Llamas.

Se encontraban estos dos jóvenes recostados en la cama , él encima de ella en posición del misionero , le introducía su miembro despacito y acarciaba el vello púbico de la tal Juana.

Cuando se dieron cuenta de tu prescencia se incorporaron como apenados porque los habiáis descubierto en esas lides del amor. No te importo en lo más mínimo porque no eres fijado.

Salieron junto contigo por las calles angostas de la ciudad , caminaron entre esos puestos de artesanías indígenas .

Ella , la Juana pisó sin querer un tenderete en el suelo que tenía figuras de caballos y otros tipos de seres . El caballo quedó roto de una pata , pero la Juana simuló no verlo y siguió el camino con ustedes dos. Llamas pasaba un paso más atrás , no se daba cuenta que tú conversabas con él . Le decías que estabas contento de estar en ese lugar de Sudamérica , que te llamaba la atención las diferencias de su país y el tuyo . La Juana se incorporó a su ritmo y dejo atrás la situación del caballo roto .

Un comerciante agredido se acercó y le dijo a Llamas que eran cinco mil por el desperfecto a su caballo, Llamas se rió y dijo que le parecía un exceso tal cantidad y que no pagaría nada. El indio sacó un cuchillo y procedió a atacar a la Juana , pero el joven Llamas que tenía mayor estatura se interpuso y comenzó a forcejear con él . Le arrebató el cuchillo al comerciante y le dio una gran herida en un brazo , el aborígen al sentirse resgado corrió por una botella cortada por su pico y a manera de arma letal daba giros en el aire para tratar de causar el mayor daño a su enemigo mientras profería palabras en algún extraño dialecto .

Enemigo por cinco mil .La lucha se daba y tú mirabas como si no te importara , es más te interesaba el color de esos otros muñecos que llevaban unas pequeñas guitarras en sus manos. De pronto un hombre robusto se acercó en forma amenazante dirigiendo una arma de alto poder y empezó a disparar . Era tan mala su puntería que una bala de alto impacto se alojó en la cabeza de Llamas, quién cayó muerto al instante , su cara no mostraba rasgos de dolor debido a lo súbito de la lucha . La Juana se acercó llorando y les decía que ella pagaría el costo del caballo roto . Todo se convirtió en un lío , como ratas salieron disparados los asesinos .

El alma de Llamas también se alejó rumbo al limbo .Más adelante te sentaste sobre ese pequeño muro que daba resguardo a una iglesia , ahí estabas sentado chupando una paleta de agua de nieve . Se formó un grupo de niños que llevaban una rosa roja en su manos , y cantabas una especie de himno , que servía para recordar la memoria del santo señor de las Llamas .

Original de Alfredo Arrieta Ortega .

Material de archivo de Alfredo Arrieta Ortega.

México.