EL PUEBLO GRIS...


EL PUEBLO GRIS..


.Foto: Caspar David Friedrich


Esa tarde caminaste por esas calles , eran las calles de un pueblo gris ,tal parecía que allí no moraba nadie . Te situaste en una esquina junto a un galerón . Para descubrir que en uno de sus extremos asomaban los ojos brillosos de un gato . Movias los dedos para controlar un nervio parecido al calambre , no sabías porqué siempre que llegabas a esas calles , de ese pueblo , siempre te ocurría lo mismo .


La verdad era que era una especie de obligación , y lo sabias , en ese pueblo habías nacido , en ese pueblo viste la luz de aquellos años de cuando el siglo apenas se asomaba estúpido y pendenciero . Había una casa cuyo portón alguna vez puliste con barniz , aún recuerdas que fuiste a la tlapalería a comprar el tono adecuado , una brocha , estopa y alguna laminilla para raspar los bordes labrados .


Un viejo que al parecer era tu abuelo , aunque no te lo decía , miraba tu trabajo , dirigía tu quehacer con los ojos . Hacías como que le obedecías y cuando el anciano se destraia , entonces tú dabas otro brochazo para así dar a entender que nadie te ordenaba , ni siquiera con la mirada .


Tocaste en la espera de que alguno te abriera y nadie se apersonó , entonces giraste la puerta atorada y penetraste a aquel ambiente, miraste unos zapatos de niño que fueron tus zapatos, también unas macetas que alguna vez sufrieron daños y que tu tío Edelmiro pegó con una resina antes de darte unas patadas en el culo para quitarte lo pendejo que habías sido .
La casa era amplia , pintada de verde , no estaba vacía , había restos de que alguien acababa de comer algún guiso . Incluso el café , asomaba un leve vapor .Tomaste asiento y pasó un perro negro de tamaño regular , era como una sombra , mostraba una herida en la pierna izquierda.
Por la mañana tuvo una pelea con otro de raza brava . Primero se amenzaban con los ojos , después iniciaron los gruñidos , tarascadas al aire y posteriormente se echaron uno encima de otro para morderse donde fuera , el caso es que cuando dos animales pelean hay que matarse .
En una esquina de la sala , se encontraba un reloj que marcaba las horas , pero no eran las horas acostumbradas, las del uno a las doce , no , eran un reloj preciso que empezaba en el uno y no tenía fin , lo mismo contaba las décimas de segundo que los lustros o los siglos , incluso su mecanismo estaba diseñado para contar centurias .
Quien sabe quién lo hizo , el caso es que estaba ahí desde el principio de todo , quizá lo fabricó algún danés , quizá un alemán adicto . Pensabas que todo estaba bien , además que caso tenía saber su origen , era un reloj que a ti no te servía , porque lo mismo te daba un tiempo que el otro . Ya ambientado , tomaste en dirección a un pasillo y allí estaba la habitación de un tal Sergio Romano , ¿ cómo sabías que su propietario era Sergio Romano ? , Es que tú eras Sergio Romano .
Tu cama estaba destendida como siempre , llegabas de la escuela y botabas las cosas a donde cayeran , en esa dirección por ejemplo logra asomarse un librito de Orwell , y más allá las memorias completas de Kafka . También están ya amarillos algunos escritos tarugos que elaborabas cuando estabas en la secundaria . Te echaste sobre la cama en lío , y tomaste una revista de mujeres encueradas , había muchas de Europa del Este , mirabas las curvas de carne , los glúteos duros de mujeres que nunca podrías tener , porque las de tu pueblo eran prietitas, de estatura diminuta , y bastante estrechas , había que ejercer una paciencia de Job , hacer una labor titánica para poder cepillártelas .
Primero les mandabas cartitas en donde les mostrabas el lado romántico de tus pensamientos, usabas las ideas pegajosas de algún poeta de miel , y se los mandabas, era una labor bastante cansada , en donde por momentos la causa se perdía . Con la revista entre tus brazos iniciabas el sueño de esa tarde , en donde como la sabes todo es gris , a veces negro , y cuando el perro pasa no lo vez .
Metes la mano al pantalón y sacas una navaja , comienzas a cortarte las muñecas , haces una incisión chiquita para que la sangre salga poco a poco , hasta que puedas llegar al shock del desmayo .Ahora estás parado en otra parte , te parece que es el circuito interior de la ciudad de México , allá por los rumbos de la glorieta de la Raza , paras tu camino en donde se encuentra estacionada una camioneta con varios sujetos en su interior , están vestidos con ropas negras , uno de ellos es un gordo , rasurado , que lleva una boina , hay otros tres que se encuentraN mirando unos boletos de alguna compra , asomas la cabeza y les pides dinero , ellos te miran y te dicen que no tienen nada , les insistes , y te invitan a entrar a esa Suburban , te dicen que en unos momentos te darán algo solo que los debes esperar.
Miras como entran en una farmacia y se confunden con los clientes , llegan hasta un escritorio en donde despacha una mujer de unos cincuenta y cinco años , le piden dinero para darte , la mujer se niega y el del gorro negro , saca una pistola enorme y se la coloca en la boca al mismo momento que le dice que es una vieja puta , le exige todo el dinero y ella no tiene más que obedecer. Entrega los fajos de billetes , la gente entra en caos debido al asalto . Un de los hampones no te reconoce y te apunta con su arma , pero tú le dices que sólo tienes un comprobante del supermercado que te encontraste tirado unas cuadras más atrás. El cínico pelafustán te dice que más tarde hará cuentas contigo . Parece alejarse para seguir infundiendo miedo a los demás , sin embargo se da la vuelta , te vuelve a mirar y fríamente y sin enojo decide disparate tres veces tres…
Original de Alfredo Arrieta Ortega
México.

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