ELOISA

ELOISA





Nunca pude platicar con mi abuela sobre los casos específicos de sus hijos . Apenas me daba esbozos de cómo eran . Me decía que cuando estaba apunto de dar a luz se limitaba a acostarse en la cama y ella sola paria a los chamacos . No se me ocurrió preguntarle de su primer hijo , si había nacido con buena salud , como se llamaba etc . Solo me explicaba que cuando le nacía muerto , se encaminaba al bosque cavaba un hoyo y allí mismo lo enterraba . Solo los pájaros silbadores y las golondrinas norteñas daban cuenta de eso.

Eloísa debió nacer en la población de Durango llamada Tepehuanes . Eran los tiempos duros para las gentes . Mi abuela estaba casada con un señor rubio hijo de rancheros de por allá de los rumbos de Chihuahua . En los recuerdos del tiempo , Camerina me decía que su suegra era una inglesa llamada Soledad Clark. Pués bien , allá en Tepehuanes hay una calle que por cierto tiene el mismo nombre de mi abuelo el general.

Esa casa la recuerdo por estar encalada, con ventanas rústicas de palo de rosa y pino y oyamel. Los arrieros y otros tipos de trabajadores de la madera , la llevan a los pueblos de maneras constantes y debido a esto , los pobladores compran tablas para hacer las puertas y ventanas de sus casas .

Hay también un patio trasero con mucha maleza , nadie lo limpia , y en los fondos hay vacas , donde Don Eduardo ordeña con todas las precauciones para no mancharse las botas negras.
Eloísa dio sus primeros pasos tropezando con los muebles , después se hizo joven y muchacha , a mí me da la impresión que su parecido a mi hermana Patricia era notable .
Tenía un pelo castaño claro , delgada y su piel blanca , suave . Sus ojos sacaron los tonos de mi abuela ; cafés intensos .

No sé sí Eloísa fue a la escuela o quienes fueron sus amigos , si se dedicó a cuidar a sus hermanos . Cuando yo la conocí ya era mi tía , vivía en la casa vacía de Arciniega número 7 , es decir la casa contigua de la que mi abuela era la propietaria .
Una vez , allá por 1940 , mi abuela se encontraba residiendo en Mixcoac en México Distrito Federal , la fueron a ver unos señores con el propósito de hablar con el general . Mi abuela se limitó a decirle a esos señores que el militar no se encontraba .

Posteriormente regresaron y se fueron con él .

Lo llevaron a unos terrenos en lo que hoy es La Avenida Félix Cuevas cercano al teatro de los insurgentes . Allí le mostraron unos alfalfares y se los ofrecieron a precios módicos . Don Eduardo se negó por la razón de que esos terrenos eran de pocas dimensiones , él les explicaba que en Durango era propietario de 10, 000 hectáreas por las zonas de las quebradas en la misma sierra madre Occidental .

Eloísa vestía de militar porque también pertenecía a la milicia .

Alguna vez me platicó que estando en una situación económica muy difícil , se decidió a hablar con el general Secretario de la Defensa para pedirle empleo . El General de cinco estrellas las escuchó , y le ofreció un empleo .
No sé bien a bien dónde conoció a su esposo German Cline que era un señor originario de Alemania .

El de pronto entró en su vida , no sé si se casaron o qué cosa , el caso fue que tuvieron dos hijos ; Herman y Eduardo . Ellos eran unos gueros cuando yo era niño , ellos ya estaban en la etapa de los suéteres de César Costa .

Eloísa desaparecía de la escena de mi vida a cada rato.

En 1981 , Eloísa se presento nuevamente en mi vida y yo ya había dejado de ser niño .
Eloísa subió las escaleras del hospital ABC , que se encuentra en la subida a la avenida Obsevatorio . Ella vestía un traje color verde que le recordaba sus tiempos de soldado .
Me preguntó por la salud de sus querido hermano . Mi abuela me decía que Eloísa quería muchísimo a su hermano Alfredo , era su hermano predilecto , siempre fue su guía , su sombra compañera . Ella sabía de la inteligencia de asombro que reunía su hermano . Quizá si la suerte hubiera sido otra , yo hubiera sido hijo de un secretario de estado .

Le dije que su hermano había muerto . Sin más , su expresión cambió y comenzó a llorar . Debo decir que Eloísa siempre se consideró como una mujer sumamente dura , que le hizo la vida de cuadros a mi mamá , según mi mamá .

Supe que cuando mi madre estaba esperando a su hijo el más cabrón , Eloísa la interrogo como la más dura de las agentes, que si hubiera sido alemana , seguramente hubiera conseguido trabajo en la Gestapo .

Cuando mi mamá descubrió al causante de las lombrices que tenía en el estómago , Eloísa no pudo contener su furia y le pegó tremenda cachetada , mientras le espetaba que su hermano no podría ser el padre de mi hermano el más cabrón .

nunca supe si Eloísa le gustaba cantar alguna copla popular , si le gustaban las naranjas , si se sabía un poema . Ella te miraba siempre muy aguda , siempre te interrogaba .
Cuando hube de pasar dificultades a causa de la separación de mis progenitores , Eloísa le entregaba a mi mamá dos cheques cambiables por un litro de aceite comestible y el otro por una despensa de la Compañía de Subsistencias Populares .

Mi mamá nos daba los cheques-cupones y nos entregaban las mercancías . Después las subíamos a a un carro diseñado por nosotros dos . Era un carrito de baleros . Que en lugar de volante o manubrio le colocábamos un mecate que lo mismo y a manera de caballo lo virabamos a diestra y sinistra . Y allá nos lanzábamos los dos infantes a velocidad desproporcionada . Debo decir que nunca tuvimos accidente alguno , salvo algunos raspones , y pérdidas de los tacones del zapato , porque estos servían de freno .

Cuando Eloísa dejó la casa de Arciniega , se empezó a notar el descuido de la misma , las habitaciones aún conservaban destellos de lo que fueron en sus tiempos de opulencia .
Ahora las paredes lucían desnudas , de colores verdes pistache con mugre por doquier . En mis tiempos libres me daba a la tarea de investigar : La cocina se encontraba en un extremo al fondo . Debo confesar que su abandono me causaba temor . En su piso se encontraban ramas de pirul , basura de todos tipos, ratones muertos y unas bolitas pegadas a las maderas de todas las puertas . También podías encontrar alacranes negros , esos animales que no son tan fieros como los duranguenses . Cuando levantaba una piedra de inmediato salían pinacates y cochinillas .
Por las tardes , mi abuela me ponía a barrer todos los cuartos . Me llevaba una escoba , dos cubetas con agua , algo de jabón y me daba las tardes para lavar los pisos . Algunos debí de clavarlos , les arrancaba las partes de madera afectada y les ponía un remiendo que me quedaba de la chingada , pero evitaba que cuando alguien entrara se fuera con sus pies al sótano de los vampiros .

Una mañana de 1971 , un muchacho de unos 24 años en aproximación tocó en la puerta de Arciniega número 5. Se presentó como Ausencio , “ Chencho “, era un sobrino de mi abuela que había llegado de la sierra de Durango , el motivo ; se había echado a un cristiano .
Mi abuela me ordenó que le preparara un cuarto y así lo hice, le llevé mi camastro , el que se doblaba , y le coloqué unas cobijas calientes .

Una tarde , entré súbitamente al cuarto del tal Chencho y estaba limpiado una pistola calibre 45 de las reglamentarias del ejército . Le pregunté que para que la usaba , me dijo que era un sicario y que por dinero él mataba a quien fuera .

El caso de su escapatoria fue porque en una noche de los meses pasados , fueron por él unos agentes judiciales estatales. Se iniciaron los balazos y Chencho les disparaba , y los policías de afuera hacia adentro también . Chencho saltó por una ventana y las balas se fueron a meter en el cuello con bocio de su propio padre . Nunca me platicó como llegó hasta México .
Después de un tiempo , este joven asesino , se fue y no lo volví a ver jamás .

Eloísa tenía muchos hermanos , pero de entre todos ellos quien más se destacaba era su hermana Esperanza . Esperanza era una joven muy guapa , tenía unas piernas de modelo , cuando yo la conocí era una tía de unos 60 años . Esperanza me platicaba que cuando era joven el cielo titilaba de partidos , de muchachos guapos de las mejores clases y me vine a casar con este . Este era mi tío José Alvaradejo . A mí siempre me cayó muy bien , cuando iba a su casa en San Pedro de los Pinos , ellos dos se preparaban para la comida , eran muy ordenados , podías ver como se encontraban colocados los platos y los vasos , los tenedores y los cuchillos siempre se encontraban en su sitio .

A mí me sentaban en un extremo y ellos comían en silencio . Yo por mi parte me apresuraba a comerme la sopa y cuando Esperanza me decía que si quería más movía la cabeza negativamente y le comentaba que ya estaba lleno . Esperanza me regañaba y decía que yo no era un tanque .

Cuando llegaba la hora del café , apresuraba mi partida y entonces mi tío José sacaba de su cartera un billete de cinco pesos que para esos tiempos era una verdadera fortuna .

Una madrugada de 71 , José se levantó , su cama siempre chirriaba y Efigenia ya se encontraba en la cocina preparándole el desayuno . Después que terminó se colocó su sombrero Tardan y salió rumbo al trabajo . Cerca del parque sintió un malestar y optó por regresar . Entró en el silencio de la madrugada y volvió nuevamente a su camastro . Esperanza lo escuchó y le preguntó de habitación a habitación si se le había olvidado algo . José respondió que se sintió cansado pero que en cinco minutos se recuperaría . José cerró los ojos que quedó dormido y ya no despertó .

La verdad estoy desconcertado. Siendo las dos cincuenta y ocho de la tarde del 17 de abril de 2007. Estoy echado sobre mi cama sin tender . Es que las ocupaciones son tantas que los arreglos a mi habitación pasan de lado . Veo a mis gatos , los gatos solidarios . Uno duerme plácidamente en un sueño profundo.

El otro se lame los pelos y se frota los bigotes . La puerta está entrecerrada . Estoy entre la modorra , el sopor y un tremendo cansancio que no me deja . Así , sin yo esperarlo se me aparece un espectro negro que rápidamente se desvanece. Primero le menté la madre , luego me dio una risita de nervios , después con los calores extremos en esta ciudad se me presentó una especie de frío instantáneo . ¿ Será Eloísa ? . ¿ O cuál de todos los muertos que conocí ?. Sepa Dios .. El relato lo dejo para después .

Original de Alfredo Arrieta Ortega.
Gatodelperro2000@yahoo.com.mx
Alfredoarrieta@terra.com.mx
México.

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