FANTASMAS QUE NUNCA EXISTIERON

FANTASMAS QUE NUNCA EXISTIERON.


Es mentira absoluta que exista únicamente un mundo. Desde una perspectiva pobre, se podrá asegurar. Sin embargo, me doy cuenta de la equivocación que tenemos los hombres, al aseverar tal cosa. No es casual que pueda hablar y dirimir cuestiones para explicártelo. En este lugar para entendernos existen elementos físicos naturales que no los encuentras tan fácilmente. Hay, en este sitio, precipitaciones pluviales en abundancia, la lluvia es tan fría, que al simple contacto con los cuerpos deambulantes, se puede percibir un vapor como si arrojaran gotas de agua sobre un comal y éstas supieran chillar. No es recomendable desde el punto de vista médico, salir en actitud retadora o desafío, y enfrentarte a esas lluvias de maravilla, propiciadoras de vida.
Sin embargo, haciendo caso omiso de tales indicaciones, decides enfrentarte de tú a tú con el líquido vital. Podrás darte cuenta, a pesar de tu piel gallinácea, que este es otro mundo; fuera de lo conocido....

Las luces de Edison- por darle su lugar -, se pueden apreciar desde las seis y veintidós, se vislumbran como ojos de la noche, luciérnagas rapaces. No muy lejos, un camino, por un lado, se deslizará por el oriente para llegar en un lapso de un instante a la ciudad madre. Por el otro extremo lineal la cinta de chapopote, podrá llevarte a donde tu corazón te dicte.

Ejemplificando: Si tomas esta vereda, deberás toparte con las regiones mexiquenses, podrás saber de sus mariposas huérfanas de padre y madre, atrapadas por el celofán de industria, o te encontrarás de súbito la pequeña mano infantil arrancar las matas verdes, sin comprensión alguna.

Esta región es verde que te quiero verde, si miras abajo muestra encontrarás de ello . Si levantas la mano, te magnificara el azul intenso y podrás preguntarte ¿ quién vive allá arriba?. Esta población no existe, fue habitada por gente ficticia, inventada por alguna imaginación ociosa, es gente antigua, es semejante a esos personajes de principios de siglo. Sí, esos que ví el día de ayer en esa revista extranjera.

En las hojas de este pasquín, descubrí a esas personas que nunca ví, a gente de otros tiempos, a fanfarrones de otros años.

El alcalde bigotón, cortando un listón inaugural, las damas bobas soplando su abanico. El chistoso representante popular: un diputado-, levantando la mano en señal agradecida. Una joven muestra su bicicleta, su pierna gordita. “ El puente de los suspiros”, de Lima triste, el puente detenido, plasmado por la Kodak, la pompa y el boato. También destaca la cínica actitud burguesa, el despilfarro de quién puede tenerlo todo. No falta de ninguna manera el intelectual pervertido de ultra derecha, el degustador de vinos de Francia. Aquí aparece retratando a un niño primoroso., un Ford 1954 sirviendo de marco adorable a damitas de sofisticación. Esta gente de otro mundo, de un país que existe a pesar de ellos, son como diría Joan Manuel Serrat: “ La aristocracia del barrio”, quienes viven su vida o vivieron su vida de derroche, en lo baladí de las tonteras. Son personajes disfrutando de sus flores, y paseos dominicales, audaces en finanzas, y tiernos cuando les compran al niño su globo cautivo. Pero hay que culparlos de su estúpido vacío, de su cabeza hueca. Algunos deberán ser buenos , fueron magnates de aquellos años; sus padres, controlaron a la distancia los medios de producción, el alimento de quienes no verán en estas páginas. En primer lugar porque son pobres, en segundo, porque ya está muertos, ya no los verás en esta páginas ya negras, ya blancas.

Estos personajes de chistera y guante, de reloj dorado, de zapato francés deberán morir. Ya murieron, dije que son fantasmas que nunca existieron, y sí cometieron tal injusticia, morirán de axfixia. ¿ cuando? ¿ cuando morirán?.
Cuando cierre la cubierta principal de la revista extraña y la coloque entre los mil vlolúmenes a saber. Allí quedarán perdidos y empolvados, hasta que alguno, equivocadamente, lo saque a la circulación..






Finales de agosto . En Santa Cruz Azcapotzaltongo. Toluca, México.
1987.

Original de Alfredo Arrieta Ortega.
Tristán A.R.

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