LAS TRES DE LA MADRUGADA

LAS TRES DE LA MADRUGADA.

No sé cual deba ser la manera de que algunas personas no puedan entrar en los sueños del insomnio . Porque debería de ser como en esos repartos en las películas , en donde el productor decide que estrella oportuna deba de estar en su cinta .
El poder del dinero lo decide todo y porqué no , el culo de la bella también lo decidirá .

Ayer en la madrugada de este Octubre de año que nos ocurre , me encontraba tapado por las cobijas de conejos o liebres ?, y me encontraba engullido por esos sueños en donde todo lo ves de manera tan real , que ni la mejor pantalla de plasma lo puede igualar .´

Primero veía a Montserrat, cuando tenía cuatro años y su mamá le colocaba un abriguito de Caperucita Roja . Voy con ella andando , la tomo de su manita y cuando le doy un jalón para no perderla , Montserrat ya tiene 17 años .
Hay un patio terregoso, y en él unas mesas de madera que se mueven, mal hechas . Están cubierta con unos manteles floridos, de esos que elaboran las indígenas en Oaxaca. Llegó con la monsergas hasta esas mesas y miramos unas ollas rojas, de flores multicolores. Se acerca Lila Dawns, con sus trenzas negras. La mira , a las ollas y se aleja sin comprar ninguna.

Ahora estamos en una calle que se llama Ricardo Flores Magón. Cercana a la Preparatoria Popular de Fresno. Este es un barrio viejo llamado Santa María la Ribera , a espaldas de Tlatelolco. Camino con Montserrat que ahora tiene nuevamente cuatro años. Aparecen unos policías ebrios, uno de ellos maneja una motocicleta, usa lentes de vidrio, no le puedo ver los ojos . Todos ellos caminan trastabillando; pinches culeros ...

Avanzamos por otras callejuelas y otros tres, me apuntan con una metralleta descontinuada pero que también mata. Me apunta y le digo que guarde su arma que no le tengo miedo. El animal apunta su arma a un vidrio de un coche y dispara tres tiros. El vidrio estalla .
Regreso a las mesas en donde descansan las olla coloridas, compro una, elijo la más bonita . De pronto las ollas se convierten en bocas que lanzan besos....

Original de Alfredo Arrieta Ortega.
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México.