LOS BRAZOS ABIERTOS


LOS BRAZOS ABIERTOS.


No sé bien a bien si será de mala suerte haber venido a este mundo vil de la manera que yo llegué. En principio no tenía ningún sindrome,ni presentaba motivos de catalepsia alguna. Quizá uno que otro grano sobre la tez, cosa que una crema de buenos ingredientes y exfoliadora no pueda quitar.
El caso es que cuando nací, no vine como todos los niños y las niñas de este mundanal sitio espacial, no, yo ya presentaba otro tipo de problemas. Nací con los brazos abiertos ¡. Así, así... estirados de lado a lado. Era como ese dibujo de Leonardo donde un hombre estirado hacia lo imposible para picar el oriente por la derecha , y el poniente por la izquierda.
Mi madre nunca me contó sobre este particularl, o tal vez no le pareció inportante decirmelo .

Así fui creciendo, era una percha en la niñez. Llegaba a mi casa y todos desde los primos hasta los tíos tomaban como normal colocar los abrigos sobre mí, que ya los sombreros, que ya los paraguas.
Esa posición ya me estaba cansando desde hace algunos años.

Cuando salía a la calle todos los taxistas se peleaban porque subiera a sus coches como si yo les hubiera hecho la señal para que se detuvieran. Después era dar explicaciones; mire señor, no le hice la parada, lo que pasa es que yo nací con los brazos abiertos. Me mentaban la madre y se iban .
También era bochornoso cuando los pájaros se posaban sobre mí como si fuera una rama, o un espantapájaros cualquiera . Llegaban uno y dos y tres, saltaban sobre los vellos de mi brazo, picoteaban nerviosos . Era una señal completa de que yo era un palo de perico parlante .

Una temporada de semana santa fueron a mi casa los responsables de la procesión de Jesús Cristo y le pidieron a mi madre que si no podía prestarme con ellos para que yo tuviera el papel de Cristo. Ellos aducían que por la posición de mis brazos no tendrían que estar enseñándo a nadie a colocar los brazos, solamente tendría que repetir el texto de : perdónalos, Dios mío no saben lo que hacen. Yo por supuesto que me negué,¿ si siempre eché pestes de las religiones como iba a quedar ahora de santo?.
También tuve problemas cuando tuve mi primera novia ; no es que yo no deseara abrazarla , el caso era que no podía abrazarla por más que lo intentara . Ella se llamaba Sonia, llegaba a mi casa todos los días a las cinco en punto. Traía en su mano casi siempre una bolsa con chocolates. Los ojos de Sonia era espectaculares, su color; violeta, como si fuera una gata persa . Deseaba abrazar a Sonia pero mis brazos no respondían nunca . Ella no se molestaba y decía: ¿por qué sí no puedes cerrar los brazos no usas los pies?. ¿ Que te abrace con los pies?, pero abrazar quiere decir tomar con los brazos. Sí ya lo sé, pero si no puedes... Me le acerqué a Sonia y subí las piernas hasta su cuello, empecé a cerrar despacio , . Sonia me miraba hasta que yo pude colocarme desde una cierta posición que si alguno hubiera tenido una kodak, habría tenido la foto más ridícula.

Material de archivo de Alfredo Arrieta Ortega.
Original de Alfredo Arrieta Ortega.
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méxico.

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