OCTAVIO MEZA . Compositor de Colombia.
Música
Murió Octavio Mesa, el padre de la parranda y la guasca www.elpais.com.co-Colprensa-El Colombiano
Tras padecer desde hace varios meses una enfermedad cardiovascular, falleció a la 1 de la mañana de este lunes el cantautor antioqueño, Octavio Mesa, el destacado compositor de la música guasca y parrandera. Este compositor, de más de 2.500 canciones, falleció a los 73 años y era uno de los artistas más admirados por Juanes.
El creador de El jornalero (El hijo de Tuta), Lamento del borracho, Marido oprimido, La pelea con el diablo y El paraguas, entre otros temas, falleció en la clínica Saludcoop en compañía de toda su familia. Octavio Mesa fue padre de nueve hijos, con quienes montó
su grupo y al que actualmente sólo pertenece Róbinson y a quien Octavio siempre presentó en sus conciertos como su único sucesor. El cantautor hacía parte de la lista de artistas colombianos para grabar en la disquera 4Js, dirigida por Juanes y que será lanzada este año. Su velación se realiza en la sala Villanueva, del centro de Medellín y sus exequias se cumplirán este martes al mediodía en el cementerio Jardines Montesacro, al sur del Valle de Aburrá.
EL ETERNO ARRIERO La trascendencia y trayectoria de Mesa, el arriero que murió a los 73 años de edad, 58 de ellos dedicados a la música, es tal que el propio Juanes reconoce su influencia en la composición de temas como La Paga y La camisa negra. "El mismo Juanes me dijo que yo era su ídolo y me invitó para que cante con él. Yo nunca me había sentido tan orgulloso", comentó Mesa en su última entrevista concedida a El Colombiano. Mesa comenzó cantando pasillos y rancheras en el dueto Los Gorriones, al lado de Jesús Bolívar. Sin embargo, su chispa y picante lo llevaron a convertirse en el padre de la música guasca y parrandera, obligada en Antioquia durante el mes de diciembre.
Descomplicado e irreverente, como cada una de sus canciones, Octavio Mesa reconocía que comenzó a hacer su música pensando en diciembre, los campesinos, los arrieros y en el aguardiente... Por ello, se sorprendía cuando sus canciones sonaban en discotecas lujosas, "El papá de esta música es José María Peñaranda, que
tocaba puro vallenato sabanero. Él vendía mucho y a mi me dio por seguir ese camino, aunque sin tanta pornografía como la que utilizó Peñaranda", contaba Mesa, quien compuso su éxito, El arriero, en un vuelo entre Cúcuta y Medellín. "Lo escribí en un talonario de facturas", narraba.
Pese a sus éxitos y su larga trayectoria y reconocimiento, la música no le dejó mucho a Octavio Mesa, quien residía en el barrio Manrique, al nororiente de Medellín. SUS ÉXITOS El primer gran éxito de su carrera fue El duende alegre, composición de Pedro Nel Isaza, por allá a finales de los 50. Luego, El arriero le disparó su carrera. Pero fue con el trabajo El jornalero, en el que los 19 temas del disco sonaron en la radio, con el que consiguió el reconocimiento popular. "Quien iba a pensar que está música campesina, con palabras de arriero, que narra lo que sucede en las calles y cantinas, iba a llegar a las discotecas, a Juanes, a Argentina", pensaba Mesa, quien remataba sus entrevistas con un hijueputazo, propio del acento de su música tan parrandera y actual.
Archivo
Murió Octavio Mesa, el padre de la parranda y la guasca www.elpais.com.co-Colprensa-El Colombiano
Tras padecer desde hace varios meses una enfermedad cardiovascular, falleció a la 1 de la mañana de este lunes el cantautor antioqueño, Octavio Mesa, el destacado compositor de la música guasca y parrandera. Este compositor, de más de 2.500 canciones, falleció a los 73 años y era uno de los artistas más admirados por Juanes.
El creador de El jornalero (El hijo de Tuta), Lamento del borracho, Marido oprimido, La pelea con el diablo y El paraguas, entre otros temas, falleció en la clínica Saludcoop en compañía de toda su familia. Octavio Mesa fue padre de nueve hijos, con quienes montó
su grupo y al que actualmente sólo pertenece Róbinson y a quien Octavio siempre presentó en sus conciertos como su único sucesor. El cantautor hacía parte de la lista de artistas colombianos para grabar en la disquera 4Js, dirigida por Juanes y que será lanzada este año. Su velación se realiza en la sala Villanueva, del centro de Medellín y sus exequias se cumplirán este martes al mediodía en el cementerio Jardines Montesacro, al sur del Valle de Aburrá.
EL ETERNO ARRIERO La trascendencia y trayectoria de Mesa, el arriero que murió a los 73 años de edad, 58 de ellos dedicados a la música, es tal que el propio Juanes reconoce su influencia en la composición de temas como La Paga y La camisa negra. "El mismo Juanes me dijo que yo era su ídolo y me invitó para que cante con él. Yo nunca me había sentido tan orgulloso", comentó Mesa en su última entrevista concedida a El Colombiano. Mesa comenzó cantando pasillos y rancheras en el dueto Los Gorriones, al lado de Jesús Bolívar. Sin embargo, su chispa y picante lo llevaron a convertirse en el padre de la música guasca y parrandera, obligada en Antioquia durante el mes de diciembre.
Descomplicado e irreverente, como cada una de sus canciones, Octavio Mesa reconocía que comenzó a hacer su música pensando en diciembre, los campesinos, los arrieros y en el aguardiente... Por ello, se sorprendía cuando sus canciones sonaban en discotecas lujosas, "El papá de esta música es José María Peñaranda, que
tocaba puro vallenato sabanero. Él vendía mucho y a mi me dio por seguir ese camino, aunque sin tanta pornografía como la que utilizó Peñaranda", contaba Mesa, quien compuso su éxito, El arriero, en un vuelo entre Cúcuta y Medellín. "Lo escribí en un talonario de facturas", narraba.
Pese a sus éxitos y su larga trayectoria y reconocimiento, la música no le dejó mucho a Octavio Mesa, quien residía en el barrio Manrique, al nororiente de Medellín. SUS ÉXITOS El primer gran éxito de su carrera fue El duende alegre, composición de Pedro Nel Isaza, por allá a finales de los 50. Luego, El arriero le disparó su carrera. Pero fue con el trabajo El jornalero, en el que los 19 temas del disco sonaron en la radio, con el que consiguió el reconocimiento popular. "Quien iba a pensar que está música campesina, con palabras de arriero, que narra lo que sucede en las calles y cantinas, iba a llegar a las discotecas, a Juanes, a Argentina", pensaba Mesa, quien remataba sus entrevistas con un hijueputazo, propio del acento de su música tan parrandera y actual.
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